Amontono los días a los pies de la cama;
no quiero vivirlos.
Hay mercurio en los diciembres;
sólo pasado en los primeros de enero
[tentáculos de ayeres prendidos a la piel]
Hacinar las lágrimas en la esquina,
hacer montoncitos de llanto:
arsenal de tristeza
[jamás supuse encadenar el alma a la víspera:
saber que no hay latido:
que seco el labio,
que mármol la espalda,
que ceniza el envés de los muslos,
que polvo el deseo ahogado]
Estrangulo amaneceres,
arranco las hojas del calendario
hasta dejar desnudo este diciembre
[oficina mi vientre, navidad]
Espera; la línea de mis manos.
Eva López Álvarez