Las palabras pueden... provocar emociones, empatía, arrancar de uno mismo esa Soledad brutal que, a veces, se instala de okupa en tu espíritu... Desnudar impúdicamente un pensamiento; erradicar el vacío; tornar posible lo imposible; alentar la curiosidad; mover cimientos; reivindicar cada día un sueño... Sólo eso, todo eso... en un ovillo de palabras por desenredar.
sábado, 10 de febrero de 2018
Es de ceniza fina la playa de tu insomnio;
embiste el amanecer la noche que no acaba.
Reposa la mañana en la circunferencia de cristal,
sobre la mesita [cómplice muda y fiel]
Naufragan las almohadas en el suelo de madera,
de labio y sudor la tormenta[S]
Cuéntame en los espinos de cada nueva hora
qué sueñas soñar que no te deja dormir,
quién enreda las horas
[maraña de mañanas asomados
a puentes de acero y ayeres]
Huele el rescate a café,
mientras gira la cuchara dando cuerda al mundo:
precisa la maquinaria,
inexorable la nieve en las cumbres.
Seremos viejos.
Nos aguardan insomnios nuevos
sedientos de versos gastados. Serán romos los poemas
y nos arañarán todavía los surcos recién estrenados.
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