Las palabras pueden... provocar emociones, empatía, arrancar de uno mismo esa Soledad brutal que, a veces, se instala de okupa en tu espíritu... Desnudar impúdicamente un pensamiento; erradicar el vacío; tornar posible lo imposible; alentar la curiosidad; mover cimientos; reivindicar cada día un sueño... Sólo eso, todo eso... en un ovillo de palabras por desenredar.
sábado, 22 de noviembre de 2014
Cercada el alma por alambre de espino;
no sangra
[sólo humo en sus venas;
escarcha en las arterias]
pero duele inmenso.
Duele sin aristas, como la gota que hace herida.
Herida enrobinada:
ya no hay polvo de hadas sobre la piel,
polvo naranja,
el óxido,
sobre falanges que aun te buscan.
Eva López Álvarez
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