Que explote cada burbuja de pasado a tu contacto;
al tacto de tu boca;
al sabor de tus palabras...
Que tu retina diluya la pólvora preñada del gris de las aceras,
que me regale el color de tus silencios
un eco cargado de violetas...
Que tu piel invada de huellas y
siembre de células,
torne epitelio
cada milímetro del plástico [muerto] que hoy es mi carne.
Eva López Álvarez
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