tupida cortina de agua,
sobre el agua.
Mentirosa la línea del horizonte en que se [con]funden azules y grises; nubes invisibles en la nada soez del cielo gris, muerto en el último centímetro cúbico de mar, gris, azul, verde.
Ese color que son todos y no es ninguno; ese color [bruma, humedad, niebla, escarcha, humo, ceniza, velo, lejanía] que borra contornos, que miente (burlón) a tu razón; que se mete en tus entrañas [como enredadera voraz] y hace que te llueva dentro, muy dentro; una lluvia gris que baña de nostalgia tus emociones antes de suceder siquiera. Te llueve en los huesos; te llueve en las tripas [llueve sobre el deseo]; te llueve en la sangre; te llueve en el alma... y es entonces,
solo entonces,cuando llueve en tus ojos un llanto involuntario...
Llanto inmenso;
llanto estéril, yermo;
llanto inútil, inservible... llanto incapaz.
Íntimo llanto,
llanto invadido de azules extintos;
llanto preñado de grises que usurpan mañanas y escupen ayeres.
Llanto inconsolable;
insignificante [estúpido] en este desierto de aguas fértiles.
Llanto roto en esta balaustrada que fue blanca, como mis sueños de niña.
Eva López Álvarez
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