Pareciera que ya
[septiembre]
nadie sostiene la oscuridad.
Nos envuelve cada día unos minutos antes,
unos segundos, quizás.
Cae a plomo la noche,
como si algún dios cansado de mirarnos nos abandonase al negro,
silencio,
penumbra.
Preludio de invierno esta tarde de ceniza y humo.
Abandono en las páginas de un libro.
Frío en los parques donde agoniza el verde.
Los deseos, esclavos del frío y las alarmas de acero.
Eva López Álvarez
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