Me rompí.
No busques metáforas. No las hay.
Me rompí.
¡¡¡Claro!!! Lo que piensas es cierto, sí. Antes
[ mucho antes]
rompí a llorar.
Empapados los zapatos de lluvia [de llanto] me rompí el alma.
Encharcadas las tripas [de tormenta] se me rompió cada emoción; se quebraron los sueños [las ganas de soñar]; se quebrantó la fe [las ganas de creer]; se desconcharon mis sonrisas; se desbarataron las ganas [perdí el hilo conductor]; se rajaron los besos [los labios afilados como cuchillos]; se destrozó la magia [quizás yo misma rompí la varita mágica de tanto agilarla en vano]
Eso pasó; ya cicatrizó el alma [cesárea de urgencia]; ya curaron las emociones [algunos puntos de sutura supuran algún conato escrito en rojo todavía hoy].
Pero hoy me rompí.
Tal vez mis huesos rechazan la absurda prótesis que el calendario puso al tumor de lluvia [llanto] que anidó en mis venas.
Eva López Álvarez
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