martes, 1 de octubre de 2013

Me rompí.
      No busques metáforas. No las hay.

Me rompí.
     
               ¡¡¡Claro!!! Lo que piensas es cierto, sí. Antes
                                                                             [ mucho antes]
                                                                                  rompí a llorar.
Empapados los zapatos de lluvia [de llanto] me rompí el alma.
     Encharcadas las tripas [de tormenta] se me rompió cada emoción; se quebraron los sueños [las ganas de soñar]; se quebrantó la fe [las ganas de creer]; se desconcharon mis sonrisas; se desbarataron las ganas [perdí el hilo conductor]; se rajaron los besos [los labios afilados como cuchillos]; se destrozó la magia [quizás yo misma rompí la varita mágica de tanto agilarla en vano]

Eso pasó; ya cicatrizó el alma [cesárea de urgencia]; ya curaron las emociones [algunos puntos de sutura supuran algún conato escrito en rojo todavía hoy].

Pero hoy me rompí.
        Tal vez mis huesos rechazan la absurda prótesis que el calendario puso al tumor de lluvia [llanto] que anidó en mis venas.


                                                                                              Eva López Álvarez



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