Mis raíces están bajo tu piel;
importa poco dónde se encuentre mi cuerpo
[tronco, brazos, abrazos]
Antes de que se articulen mis cuerdas vocales para pronunciar una palabra, todo un torrente de ellas brotaba bajo tu dermis, llovido de mis deseos.
¿Contra qué luchar?
si antes de que mis manos asientan, tu ya sabías que sí...
¿Para qué vestirme de horas ajenas
si el único segundo propio es tuyo?
Eva López Álvarez
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